La Dopamina

Buscando una explicación científica para el desengaño amoroso me he encontrado con este relato en una página de relatos cortos http://www.e-stories.org/ que habla sobre La Dopamina.

Me ha parecido original y divertido ver la parte científica de toda esta historia, es muy curioso asique he decidido compartirlo con todos vosotros, para que veáis que en el fondo no somos más que unas máquinas muuuuuy complejas.

Espero vuestros comentarios y que os guste.

EL DESENGAÑO AMOROSO

La culpa la tiene la Dopamina!
Porque... ¡Mire Usted!.. a alguien hay que echársela, y no la va a tener un mono, de nombre Sherlock.
Al tal simio, la historia le salió bien, pues su partenaire /mona, llamada Cybelle, se empeño en “hacerle ojitos” a otro, y el susodicho “se ponia de los nervios”.

Pero solo fue necesario “un cruce de miraditas picantes “ de la mona al otro mono que no era Sherlock, para que minutos después estuviesen copulando entre las ramas.

Seguramente que la historia, objeto del relato de hoy, fuese del desairado mono, que se quedó con “tres pares de narices” y sufrió en sus carnes:el desengaño amoroso.

Porque de esto va el relato de hoy ,y de cómo funciona su coco(algunos le llaman cerebro), en tal situación.

Para que comprendan, lo que les ocurre cuando les desprecian, como al mono, ya que el desengaño amoroso es una de las experiencias más dolorosas del ser humano que existen.
¡Para los monos también!...,o eso me han dicho.

¿Cómo sucede esto?

Muy sencillo:

Que sube la Dopamina.. se enamoran.
Que baja.. Se desenamoran.

No piensen que ésta, la”Dopa”, es la vecina del cuarto piso, solo es una sustancia que segregamos allá en nuestra azotea.

Y hace, que el más cuerdo pueda parecer un idiota, o el más soso entre en éxtasis permanente.

De la misma forma, el desdeñado o despreciado, puede sufrir hasta la agonía, comiéndose el coco, sobre cual fue su fallo en las actuaciones ,y si existe alguna forma de reavivar la llamita.

¡La culpa la tiene la Dopamina!
¡No se preocupen!
¡Ustedes están libres de ella!

Las ratas sienten atracción amorosa, en los segundos después del encuentro y se aparean en los posteriores.

¡Pim, Pam!¡Polvo rápido!

A los elefantes les cuesta algo más, unos días, pero después de aparearse, se olvidan y no se deprimen.
¡Lo sé de buena tinta!
¡Palabrita de Viuda negra!

Pero los seres humanos.. ¡Ay! Los seres humanos.. Se complican la vida..
Resulta que mucho después de ser despreciados, siguen amando, porque la Dopamina sigue estando alta y les engaña vilmente.

¡Vaya que si les engaña!
¡Menuda es la Dopa!

¿Qué ocurre con el rechazo?
¿por qué nos duele tanto?

¡La culpa es de la dopamina!El desengaño amoroso tiene dos etapas:

La protesta y la resignación/desesperación, según los casos más rebeldes.

En la primera fase, los desdeñados, se empeñan en recuperar
“a toda costa” y “contra viento y marea” al objeto deseado.

Y es que esa estúpida sustancia, les sigue engañando y hace que usted siga teniendo una cosa tremenda.” La esperanza”.

Todo es ficticio.
¡Se la está jugando!
Y es ella, la culpable que ustedes:“mujeres y hombres en edad de merecer “, hagan gilipolleces, tonterías , bobadas ,y otras zarandajas.

Le llaman al móvil, le persiguen, le acosan, huelen su ropa, vuelven una y otra vez a los lugares frecuentados por ambos..

¡Vamos! Se machacan literalmente.

Este fenómeno de tamaña gilipollez o “actuación de la niña del exorcista en fase maniaca”, ha sido llamado:
atracción / frustración.
¿y para que sirve?

Pues para nada, porque aquel que ha decidió “darse el piro,” ya no le importa una mierda, y posiblemente anda con su dopamina alta en otras ramas follando con otras monitas.

¡C’est. la vie!...(así es la vida en franchute)

Si actúan así, no están locos,, ni “se les ha ido la pinza”, ni nada por el estilo.

¡La culpa es de la Dopamina!

La explicación racional seria,como si un animal pidiera auxilio, buscando al ser que le ha abandonado.

¡Normal, todo normal!
No se hace falta que se gasten dinero en loqueros.
¡Todo pasará!

La segunda fase o etapa del desengaño amoroso es la resignación/desesperación.
O bien se conciencia del asunto, para ese tiempo la dopamina habrá bajado sus niveles al subsuelo.
O bien se desespera, hasta que aparezca otro mamífero, que haga que esa sustancia se vuelva a activar de nuevo.

¡Y suma y sigue!

Usted puede controlar su rabia, pero no el amor.